domingo, octubre 18, 2009

desde pana...

Cuando entramos a Nicaragua entramos en el CA-4. Un convenio que reúne a los 4 países centroamericanos (Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala) de una manera poco clara para nosotros y con una única VISA de turismo para toda esta región, pero que en definitiva nos obliga a pasar rápidamente a través de tanta tierra y cultura... Acostumbrados como estamos a agotar los permisos de estadía país por país, conociendo y trabajando, e incluso volviendo por otra estadía; esta novedad nos llevó a la necesidad de abreviar el viaje, o al menos una de sus partes... Es así que el sello de entrada a Nicaragua sería válido hasta la frontera de Guatemala - México y deberíamos organizarnos para repartir aquellos escasos 90 días en estos cuatro países... esto para nosotros significaba planificación en el tiempo, algo que no abunda en nuestras mentes, sobre todo cuando uno se entrega al fluir libremente, evaluando decisiones de acuerdo a las posibilidades de la acción... Fue así que este convenio centroamericano pronto esto se transformó en un nuevo desafío para nosotros y para el Nautilus que bostezaba de tan poco norte en tantos años... Como era de esperar, volver a las andadas fue volver a los problemas relacionados con el movimiento... Cerca de Managua fuimos recibidos por Norma y Enrique, una singular pareja de Nicaragüenses fanática de los "vochos" y que han convertido su casa quinta en un taller de restauración de vochos y automóviles antiguos... -por aquí siempre pasa gente- decían, y de hecho han construido una habitación para huéspedes, que ceden cordialmente a los "viajeros en vocho" que necesitan apoyo y que pasan por esta ciudad capital. Aunque el taller no es la actividad principal de la familia, un equipo de pintores, chapista, mecánicos, tapiceros y electricistas se encargan de devolver a la vida viejos automóviles (y de paso) quitarle un par de arrugas propias del tiempo... Nosotros llegamos recomendados por la gente del vocho club de Costa Rica y la familia nos recibió de puertas abiertas... allí pudimos desarmar el varillaje de la palanca de cambios y restaurarla en los tres puntos que se había partido debido al oxido. Autodidactas como siempre, tan sólo pedimos prestada la soldadora autógena, un poco de alambre y algún pedazo de tubería en desuso… Demoramos un día con esta tarea y dos noches se nos fueron, pero por suerte el trabajo quedó bastante bien, sobre todo teniendo en cuenta que sólo fue una "remendada" para salir del paso... en estos días fueron pocas las ocasiones que nos cruzamos con los dueños de casa ya que las obligaciones del trabajo y los preparativos para ir al encuentro centroamericano de vochos (que se realizaba en Costa Rica para setiembre de este año), demandaba el escaso tiempo de nuestros anfitriones... fue así que abreviamos todo lo posible nuestra estadía y nos despedimos afectuosamente con planes de visitar de inmediato la ciudad de Granada... Granada es una bella ciudad colonial frente al lago de Nicaragua, sus islas (Ometepe entre ellas) y volcanes alrededor se aparecen en el paisaje como telón de fondo para sus históricas callejuelas. El casco histórico en buena medida ha sido restaurado y se desparrama con eje en el parque central, conformando el atractivo turístico principal de la ciudad... nosotros nos alojamos la primer noche en el cuartel de bomberos y la segunda fue en la "casa de apoyo mutuo", donde María nos hizo un buen precio para que bajemos una noche de la camioneta y sobre todo para poder soportar el calor atípico que desbordaba la ciudad en esos días... Saliendo de Granada y a medio camino hacia la ciudad de Masaya nos desviamos por un camino de montaña que nos llevo hasta la Laguna de Apoyo, otro lugar maravilloso de aguas cristalinas donde pasamos un lindo día de sol... nadar en aquellas aguas era como nadar en una piscina natural, de arena espesa y declive acentuado, uno podía distinguir casi 7 variante de azul profundo a medida que se internaba en el lago desde la costa… Pero con casi un mes de estadía en este hermoso país debíamos continuar viaje hacia el norte, (dejando cientos de lugares inconclusos y esperando poder recorrerlo más acabadamente cuando transitemos nuestros caminos hacia el sur)... En adelante y con el permiso del nautilus (de 30 dias) a punto de vencer cruzamos todo el país en una dura tarde de verano, rodeados de lagos y vertiginosos volcanes durmientes…, haciendo camino y mas camino hasta llegar a la ciudad de León, otra ciudad-museo sobreviviente en el tiempo. Hasta allí compartimos el viaje con Marcelo (otro loko del camino) quien venía acostado en el asiento trasero y transpirando una especie de gripe asesina, mezcla de mala alimentación y exceso de rumba… fue así que ni bien llegados a la ciudad lo entregamos en un pequeño hostal de viajeros para un largo descanso reparador… Solo esa noche y un par de horas durante el día nos quedaron para recorrer la ciudad de una hermosa arquitectura colonial, donde se destacaban decenas de iglesias y edificios de las primeras fundaciones españolas en América... las calles vivas hablaban, contaban su historia y devolvían mensajes y homenajes a través de sus murales… Honduras era el próximo país en nuestro camino. Después de visitar a nuestro amigo que afortunadamente se estaba mejorando, nos despedimos y dirigimos sin vacilar hacia la frontera. La idea era precisamente atravesar este nuevo territorio en un solo tirón, desplazándonos únicamente por esa especie de gran puente en el que se transformó la carretera panamericana, mientras el país, su gente y sus problemas se desparramaban a ambos lados… Informados de la crisis política y llenos de advertencias de amigos viajeros respecto a la corrupción policial que sobre todo afecta a los automovilistas, avanzamos decididos a todo o nada... el golpe de estado en Honduras en estos días era el tema que más nos pesaba al tomar nuestras decisiones, si bien era justo recorrer este país tal como lo habíamos hecho con otros tantos, la situación actual y nuestro presupuesto cada vez más volátil nos devolvió aquel plan V (de veloz)... Llegando a la frontera debimos pagar unos 45 dólares para que nos permitan ingresar el nautilus en estas carreteras... El gran curro estaba institucionalizado en la aduana del país excediendo el entendimiento y lo razonable (y la imaginación) y que tuvimos que pagar tan solo para recorrer tres horas de carretera… Ya en la ruta sorteamos más de diez controles policiales y afortunadamente para nosotros la situación del fútbol argentino, y principalmente el mal desempeño de la selección eran los temas favoritos para conversar de los policías cuando veían aquella extraña placa de letras blancas sobre fondo negro, y que reza en su parte superior la palabra “argentina”... y bueno, aunque sea para ayudar en la distracción, la selección esta vez jugó para nosotros… gracias a D10s. Casi 4 horas después (y con la noche rebotando entre las montañas) estábamos entrando a El Salvador, donde los trámites de entrada y permisos de circular fluyeron normalmente sin cobrarnos nada por ello... Decidimos hacer noche en la primera gasolinera de la ruta. Con una gran tormenta avanzada sobre nuestras cabezas y muy poca idea de lo que abrigaba el camino en adelante, este sería nuestro mejor plan. Antes del agua llegamos a compartir una ronda de cervezas y una breve pero intensa conversación con un camionero Nicaragüense que también pasaría la noche allí… de esta charla nos llevamos una impresión bastante seria de lo que era circular en los países de Centroamérica, y principalmente acerca de El Salvador, Honduras y Guatemala... La noche fue larga y silenciosa cuando acomodamos nuestra cama y los faroles de la estación de servicio se apagaron… la lluvia crepitó suavemente chocando contra las ventanas cerradas… adentro dormimos un poco intranquilos. Por la mañana continuamos la carretera hasta San Miguel, la primera gran ciudad oriental de este pequeño país. Allí afortunadamente nos recibió Kike, otro contacto que nos facilitó el vocho club de costa rica. Kike, un gran amante de la vida al aire libre, aficionado a la mecánica y a los viejos vochos, nos hospedó en la casa de la familia donde tiene su propio taller mecánico… Aprovechamos la ocasión esta vez para hacer un mantenimiento preventivo en los frenos del nautilus y tres bonitas excursiones en la zona oriental del país. La primera de ellas fue a la playa del Cuco y de las Flores... Fue así que el sábado desde temprano armamos una pequeña karavana para pasear… Kike, su novia Tere y Erick (amigo de la banda) nos acompañaron y guiaron en su Westy blanca y roja por una lindas carreteras asfaltadas... casi dos horas después esta karavana bajaba por un camino tortuoso y lleno de baches, pero inundado del sabor del mar, el olor a pescado frito, y así seguía hasta llegar al punto donde el camino se rendía en medio de la arena… solo un pequeño rodeo transitando por una playa de marea baja fue necesario para conseguir los dos lugares en primera fila frente al mar y bajo unos cocoteros… allí mismo acampamos y nos entregamos al tiempo para pasar dos hermosos días relajados en las primeras playas del pacífico salvadoreño… Este viaje además sirvió internamente para esparcir los fantasmas de la inseguridad reinante y animarnos a ir por mas… fue así que después de una breve escala en casa de Kike, armamos una nueva excursión hacia Perquín en Morazán… la idea esta vez era visitar algunos sitios naturales y el museo de la guerra civil que azotó a El Salvador hasta comienzos de los '90. Tal cual lo planeado, disfrutamos allí de hermosos paisajes naturales, baños en ríos de aguas cristalinas y cascadas tipo tobogán… aprendimos un poco de la historia reciente de este país, hablamos con guerrilleros desmovilizados y visitamos los campamentos desde donde transmitía "Radio Venceremos" la voz oficial del frente guerrillero FMLN (Farabundo Martí para la Liberación Nacional). Al igual que Sandino en Nicaragua, este era el héroe patrio y campesino que movilizaba las ideas revolucionarias de las clases más desfavorecidas del país (inmoralmente más del 50% de la población por aquel entonces)... según nos cuentan este dato frio y estadístico (pero tan real y consecuente cuando en la mesa de la gente los platos están vacíos) movilizó a miles de personas a sumarse a la guerrilla para poder asir el magro presente e intentar cambiar la historia de este rincón perdido del mundo, así sea aun por medio de las armas. Aun a pesar de que somos pacifistas, la abundante charla con un ex-guerrillero que trabajaba en el museo fue muy interesante y enriquecedora, no sólo hablando del pasado, sino de su visión sobre la política actual y la llegada al poder del FMLN con el presidente Funes a la cabeza. Una vista algo parcializada, pero historia viva y profundamente marcada en el interior y exterior de nuestro amigo interlocutor… De allí salimos por una carretera que se dibujaba en el contorno de unas suaves lomas buscando un lugar donde pasar la noche. Acampamos finalmente en un lugar privilegiado cerca de unas cascadas que visitaríamos al día siguiente. Fue así que después de una noche fría en el nautilus, rodeados de los fantasmas de la revolución, nos despertamos a pleno sol y a poco de desayunar ya estábamos disfrutamos de aquellos toboganes naturales rebalsados de la energía propia de la naturaleza, que brotaba abundantemente y cristalina en medio de grandes rocas… Resultando que Kike había traído su Safari para adentrarnos en las carreteras malas, dejamos el nautilus en el campamento y salimos a recorrer por un camino que era prácticamente una huella y que moría contra el Rio Negro (frontera de El Salvador con Honduras). El safari en movimiento era un sueño, un paseo de los más lindos que hemos tenido, sin techo, contagiados por el sol y en contacto pleno con la naturaleza... Apreciamos muchísimo ese lugar que después nos costó abandonar, pues la tranquilidad y las vistas desde la cima del cerro Perquin nos invitaban a quedarnos, a frenar aquella maratónica carrera que se había iniciado dos países atrás... Parados en la cima de este cerro contemplamos el maravilloso paisaje que se extendía al frente nuestro, cerramos los ojos y desdibujamos todo aquel verde horizonte mientras sentíamos la suave brisa en el rostro… Cuando volvimos nuevamente a San Miguel (dos días después) nos preparamos para nuestra última excursión en compañía de nuestro amigo y anfitrión, un paseo a la laguna de Alegría. Antes de salir, nos despedimos de toda la familia adoptiva con promesas de volver, quien sabe cuando, en uno o dos años (lo que destino mande)… Fue entonces que armamos el último paseo por el Oriente de el Salvador, una noche de campamento en la laguna que se había formado en el centro de un volcán apagado, de aguas turquesas y abundante olor azufre. Fueron casi dos horas de viaje desde San Miguel, apartándonos de la ruta panamericana y entrando por un camino de vegetación tupida y hermosas vistas… finalmente un breve pero intenso camino asentado con rocas provenientes de los rios se abrió paso zigzagueando por la montaña hasta conseguir el abra y finalmente conducirnos hasta la playa del lago. Allí acampamos y compartimos la última noche con Kike y Erick quienes no solo nos contagiaron de su entusiasmo por los "vochos", sino sobre la naturaleza y los bellos paisajes que esconde este pequeño país enclavado en el corazón de Centroamérica... Para el domingo nuestros caminos finalmente se dividieron, los chicos regresaron a San Miguel y nosotros tomamos la carretera litoral que se desarrolla a través de todo el país, un pasadizo bastante transitado y que presenta grandes vistas al océano pacífico. Casi cinco horas más tarde estábamos en otro mundo, con las mismas ansiedades y dudas de siempre. Fue así que llegamos a la playa de El Tunco, una de los puntos de surf y mas turísticos de El Salvador en nuestro plan de trabajo antes de salir hacia Guatemala... Allí conocimos un par de lok@s locales y pasamos dos días de trabajo. El ultimo día cayeron extenuados por las trabas y los impuestazos de la carretera el resto de la familia nómade desde Nicaragua: el Maxi, Zaday, Marcelo y el Ozzi todos a bordo de "la maluka"... Fue muy lindo verlos por aquí, reencontrarse y conversar hasta tarde, aun a pesar de las pocas ventas, pero ilusionados pensando en la próxima llegada a Guatemala, nuestro penúltimo país de amerika... El lunes temprano nos despedimos de la hermosa familia nómade ya que nuestro plan era ese mismo día salir de el Salvador y llegar al menos hasta la ciudad de Antigua, en Guatemala... Fiel a nuestro estilo, y sobre todo al nautilus que siempre toma decisión y protagonismo en nuestros planes, la misión debió ser abortada a los pocos metros de haber abandonado el campamento de fin de semana, cuando el nautilus se negó a realizar el cambio de marchas solicitado rompiéndose la caja de cambios y quedando engranada solo la primera marcha... Había pocas opciones a esta altura del camino para salir del paso, decidimos llamar a Kike para ver si de su parte conseguíamos algún taller de vochos donde revisar aquel desperfecto... después de unas idas y vueltas por el teléfono terminamos hablando con Armando, el mecánico de los vochos del club de la ciudad capital... Armando de muy buena onda nos indicó como llegar hasta su taller para hacer una revisión, cosa que intentamos penosamente... los primeros 10 km en primera marcha dilataron casi cuarenta minutos, la distancia que quedaba hasta la capital era extremadamente larga para nuestra velocidad y sobre todo para el motor que vendría haciendo todo el trabajo... ya en la Libertad decidimos pararnos en la estación de gasolina y esperar a la familia nómade para ver si nos podrían remolcar hasta el taller... con un sol que rajaba la tierra y transpirando los sesos llenos de preguntas sin respuestas sobre el desperfecto, nos pusimos a esperar nuestra fortuna. Sacamos el banquito y lo pusimos a un lado observando el movimiento de la carretera... fue en eso que un pick up gris bastante humilde y puro remiendo se puso a la par mientas el adorable y regordete conductor decía en un perfecto santiagueño (si chango!! de Santiago del Estero - Argentina) "y que andan con problemas che?.." y un "hace shhrato que no veo placas de estas...". Bueno resultó que el hombre era Marcelo, un "misionero de Cristo" que se había trasladado con todo y familia a estos pagos para trabajar en un campamento cristiano... cruzamos unas breves palabras acerca de las posibilidades de espacio para trabajar y sobre todo la diligencia para llevar la caja de cambios hasta el taller antes mencionado... Marcelo no dudo un instante y nos extendió esa manito salvadora en tales circunstancias... El buen hombre siguió con sus tareas que lo obligaban ese día y nosotros empezamos a transitar otros 15 km que separaban La Libertad del campamento cristiano... una vez allí, después de ver lentamente como todo el mundo se divertía de vernos pasar a escasos 15 km/h nos detuvimos en el portón de acceso del campamento cristiano donde Marcelo nos invitó a pasar, nos presento a su esposa Cecilia (también misionera pero oriunda del interior de Córdoba-Argentina) y a sus hijos, Ana Laura y Daniel, también cordobeses... La familia misionera nos cedió uno de los cuartos que habitualmente es destinado para los campamentistas y un espacio donde poder trabajar con el Nautilus... Sin mucho dudar y codo a codo con vero, esa misma tarde ya teníamos el motor y la caja abajo todo pronto para el dia siguiente… con la llegada de la noche compartimos una comida y decenas de anécdotas de dos mundo tan remotamente lejanos pero que mostraban su poderosa capacidad de combinarse en los momentos justos... Santiago del Estero aparecía suavemente dibujado en las experiencias y apreciaciones personales entre Marcelo y Diego… un manojo de recuerdos en que pensar, imborrables y duraderos se precipitaron allí y flotaron invisibles e intocables en el aire… así como las huellas mismas que la vida nos ha dejado, el pasado revivía en sus múltiples aristas, donde cada arista desenrollada traía tras de sí un manojo de cientos de recuerdos, entre la infancia y la adolescencia todo estaba presente: la plaza central, el Parque Aguirre, el río dulce y el puente hacia La Banda, La avenida Belgrano de día y también de noche cuando uno visitaba a uno de los tantos tíos, la Sáenz Peña y La Colón, y más adelante la casa de la abuela, y la abuelita que se fue (nómades de otros tiempos y otras historias)... La Libertad, la casa de la tía, la casa del tío, el tío que se fue... y el otro también... en fin, toda la familia allí presente, evocada a pesar de tanta distancia y tiempo... El martes estábamos temprano en el taller de Armando, un tipo estupendo y de gran humor que hizo lugar a nuestro pedido de auxilio aún a pesar de tener el taller desbordado de trabajo... El hombre desde el primer momento se sorprendió al ver que sólo le llegábamos con la caja de cambios entre las manos, y eso lo entusiasmó mas y se rio ampliamente por ello... sin disimular su entusiasmo repetía a todo el mundo que lo visitaba nuestra historia resumida, años, carreteras, lugares y kilómetros, la historia a medias y apresurada… ya todos sabían (a pesar de no estar el culpable presente en el taller) que nosotros veníamos desde argentina en un viejo "microbio" (cariñosamente por alusión a microbús) y que se me había varado en El Tunco…, y que desde allí nos habíamos dado maña para desarmar todo y traer solo el problema, la caja de cambios... Fue así que desarmamos juntos aquel preciso mecanismo y comprobamos que todo el árbol de piñones principal se había desajustado y algunas piezas desplazadas fuera de lugar ocasionaron aquel desbarajuste y auto-engrane de la primera marcha del nautilus. Los seguros se veían forzados y quebrados, y no había repuesto. Desde el primer momento Armando nos ofreció cambiar la caja por una del montón de repuestos personales, argumentando que no debía andar arriesgando con una reparada… pero al comprobar que había diferencias en las relaciones y que esto probablemente podría traernos nuevos problemas en el futuro seguimos reparando la nuestra... otra caja fue donante de los seguros de reemplazo ya que los repuestos por aquí suelen ser difíciles y el material de segunda es el más obvio... casi acabado el día nos fuimos con otro muchacho del lugar hasta nuestro campamento cristiano donde sólo quedaría el armado de la transmisión y puesta del motor... Armando ni siquiera quiso cobrarnos, así que le regalamos un par de camisetas AMERIKANOMADE como recuerdo de nuestra pasada por allí... el día siguiente de campamento cristiano se esfumó mientras armábamos la transmisión, colocábamos los frenos, el motor y por último el paragolpes ya bien entrada la noche... la mañana del jueves encendimos la máquina para ver los resultados y la sorpresa fue que la primer marcha había quedado des calibrada y por lo tanto la caja la expulsaba. Con bastante impotencia masticamos aquella mala nueva... solo pensar en quitar nuevamente todo y volver a armar nos angustiaba demasiado, pero no había otra solución posible... nos fuimos del campamento cristiano y nos despedimos de nuestros amigos misioneros y abortado el plan de ruta hacia Guatemala, enfilamos directo hacia el taller de Armando... Con nuestra penosa llegada cerca del mediodía, Armando nos llevó toda tranquilidad que pudo, haríamos de vuelta el trabajo, haríamos espacio en el taller para ello, sólo nos llevaría un par de días, pero saldríamos en buenas condiciones... entregados como estábamos en esta situación, compartimos el almuerzo con la gente del taller e hicimos lugar para entrar con el nautilus a lo que sería nuestro hospedaje hasta que la cosa se resuelva... ese jueves llegamos hasta la noche con el motor y la caja afuera, y con la decisión de armar un híbrido entre una caja donante y la transmisión original del nautilus... por la noche quedamos solos con vero en ese taller extraviado de uno de los tantos barrios periféricos de la ciudad capital, atajándonos como podíamos debajo de un pequeño techo mientras desfilaba un diluvio inoportuno… y si bien estábamos preocupados de nuestra situación, también estábamos felices de estar acompañados por nosotros mismos y la invisible presencia de Armando en aquel remoto lugar y por aquellas horas… uno a uno trabajando, pasando mates calentitos, abstraídos del tiempo y del cansancio, viendo algo de tevé local... Total que nos fuimos a dormir cerca de las 12 de la noche... El viernes desde muy temprano (6.20 am) seguimos trabajando en lo que parecía una obra interminable, Armando nos acompañó desde las 9 am. hasta que logramos tener todo instalado para las 7 de la tarde. Esa noche había reunión del club de vochos de El Salvador, pero nuestro cansancio de toda una semana de trabajo mecánico no nos permitió participar, total que para las 21hs habremos estado dormidos en nuestra segunda noche de taller. Armando esa noche se fue a la reunión en su invento móvil (un vocho modificado como pick-up) de estilo propio y bien definido, llevando nuestras escusas por la anunciada ausencia... por la mañana del sábado y una vez purgados los frenos nos despedimos de todo aquel plantel de trabajadores y muy especialmente de Armando y del Coco que siempre estuvieron a nuestro lado, enseñándonos una vez más que todo acontecimiento por grave que sea, siempre tiene dos caras… Por último y con la mañana avanzada salimos hacia la carretera nuevamente, y para probar el buen funcionamiento de esta caja le apuntamos directo hacia la frontera, lugar al que llegamos casi cinco horas después… Era sábado y a pesar de no haber sistema en la Aduana de Guatemala, nos hicieron los permisos correspondientes con tanta buena onda que nos revitalizaron el sello de Nicaragua, a fin de volver a tener 90 días de en este nuevo y maravilloso país que es Guatemala... Bueno amigos, el cuento ha sido por demás de largo en este día y esperando haber hecho justicia a tanta ausencia les contamos que por fin hemos llegado a casa!!!. Si!!! No estamos errados, alquilamos una breve casita en Panajachel, un mágico pueblito de montaña con una gran vista al lago de Atitlán y sus volcanes, lleno de papachos y mamitas lindas y coloridas que endulzan el aire con ese no se que… y como si fuera poco, ya llegó toda la familia de lok@s y todavía se amplió mas con los nuevos parceros resultado de los múltiples e intrincados caminos de la vida… así están estos días en pana, pocas ventas pero muy buena energía y sobre todo mucho taller artesanal a puertas abiertas para seguir compartiendo y aprendiendo con los mejores maestros del camino, l@s lok@s nómades... Asi es entonces gentecilla, mientras nosotros acá ejercitamos el espíritu detendremos la marcha por tiempo para poder vivir en comunidad aprendiendo este largo y delicado oficio que se llama “vivir” antes de importarnos en el último país de amérika... Esperemos leernos hasta la próxima... atte vdyn.

2 comentarios:

panchete dijo...

hola nomades... que bueno que ya estan tranquilos... esperamos que la caja ya no moleste y cualquier cosa ya saben en ciudad capital y en cobán los estamos esperando!!! hasta pronto

Fede dijo...

Muchachos, el camino los llevó al paraíso del lago atitlán... disfrutenlo, tomen licuados y sigan saludando al sol cada mañana.

Un abrazo grande desde Córdoba.